Por cuestiones de trabajo nos desplazamos hasta Saviñan, un pueblecito al lado de Calatayud, no sabíamos que nos íbamos a encontrar, así que decidimos alojarnos en un camping, para disfrutar del verano. Buscamos camping por la zona pero únicamente encontramos uno, así que no tuvimos otra opción.
El camping en cuestión no tenia nada especial, era muy básico, pero la grandeza era justamente la integración en el paisaje, las parcelas se situaban a distintos niveles, siguiendo y adaptándose a los desniveles de la topografía, de manera que guardaba una cierta privacidad respecto a los vecinos y podíamos disfrutar de unas buenas vistas.
Lo curioso del caso es que la mayoría de las construcciones, barandillas, zonas de sombreo...incluso las duchas de la piscina, las habían hecho ellos mismos, con un perfil metálico de sección mínima, que se repetía y se colocaba de distintas maneras según las necesidades.
Es increíble lo que se puede hacer con un tubo cuadrado metálico y una soldadora.